Las úlceras por presión son lesiones que se producen en la piel debido a la compresión continua o prolongada contra una superficie externa como la cama o una silla. Ello ocasiona que los vasos sanguíneos dejen de llevar aporte sanguíneo (oxígeno y nutrientes) a la zona comprometida y se produce la muerte de los tejidos. Generalmente las úlceras se producen en las prominencias óseas: codos, talones, caderas, tobillos, hombros, espalda y parte posterior de la cabeza.
Se estima que al menos el 95 % de los casos de úlceras por presión, son evitables. Pero cuando se producen, generan gran impacto en la mortalidad, costos sanitarios y calidad de vida del paciente.
Estadios de las úlceras por presión:
- Estadio 1: Piel intacta, cambio de coloración o enrojecimiento. Indica que es una zona que ha estado en presión continua.
- Estadio 2: Úlcera o abrasión superficial que compromete Epidemis y Dermis.
- Estadio 3: Úlcera que es visible hasta el tejido celular subcutáneo o grasa.
- Estadio 4: Pérdida total del grosor de la piel, destrucción extensa, necrosis del tejido o lesión en músculo, hueso o estructura de sostén.
Medidas para prevenir su aparición:
- El peso debe distribuirse de manera uniforme en toda la superficie (colchón, sofá, etc.).
- Las almohadas son de gran ayuda para realizar los cambios posturales y evitar el contacto directo de las prominencias óseas entre sí.
- Los colchones antiescaras, almohadas, protectores de talones y codos, entre otros, son de gran ayuda, sin embargo, no sustituyen los cambios posturales.
- Es importante revisar la piel todos los días. Se deben evitar pliegues o arrugas de la ropa de cama (sábana) y del pijama.
- Mantener la piel limpia y seca. No exfoliar la piel ni frotarla de forma muy vigorosa. Secar la piel con suaves toques.
- Limpiar la orina, heces, sudor o supuración de manera pronta.
- Usar jabones que no irriten la piel. Limpiar con agua tibia y evitar usar alcohol sobre la piel.
¿Cómo cuidar la piel del paciente?
Para evitar problemas musculares y óseos podemos aplicar los siguientes cuidados:
- Propiciar el alivio de la presión y el rozamiento: Reposicionar y movilizar con frecuencia al paciente para cambiar su posición corporal y mover también las mantas que lo cubren. Lo recomendable es hacerlo cada 2 o 3 horas.
- Utilizar una técnica adecuada: En caso de cambiar la posición de un paciente, se recomienda hacerlo de manera suave y delicada, nunca arrastrándolo porque puede provocar fricción y producir más lesiones.
- Procurar contar con la ayuda y recursos necesarios: Es importante utilizar colchones adecuados y equipos que reduzcan la presión en zonas específicas.
- Aprender los principios básicos: Higiene, limpieza, tonificación, humectación, nutrición y protección.
- Contar con productos de cuidado para diferentes momentos del día: Existen cremas aptas para fortalecer la piel en cada momento del día y así mantener la piel humectada y bien nutrida.
- Cambiar la ropa de cama con frecuencia: Controlar que las sábanas y mantas estén secas, limpias y, sobre todo, sin arrugas.
- Mantener al paciente hidratado: Beber al menos 1,5 litros de agua al día le dará fuerza y tonicidad a su dermis, evitando la aparición de lesiones.
Recuerda que las lesiones en la piel son 95% prevenibles, solo tenemos que estar atentos al tiempo que llevan en una misma postura y movilizarlos con frecuencia.